WALTER BENJAMIN
marxista. Como erudito literario, se caracterizó por sus traducciones de Marcel Proust y Charles Baudelaire. Su ensayo La labor del traductor es uno de los textos teóricos más célebres y respetados sobre la actividad literaria de la traducción.

Benjamin mantuvo una extensa correspondencia con Theodor Adorno y con Bertolt Brecht y ocasionalmente recibió financiación de la Escuela de Frankfurt bajo la dirección de Theodor Adorno y Max Horkheimer. Las influencias competitivas del marxismo de Brecht, la teoría crítica de la Escuela de Frankfurt, el discurso marxista heterodoxo de Bloch, las Vanguardias Artísticas, la herencia hegeliana y dialéctica, y el misticismo judío de su amigo Gershom Scholem fueron centrales en el trabajo de Benjamin, aunque nunca logró resolver sus diferencias completamente. Las Tesis sobre la filosofía de la historia, uno de los últimos textos de Benjamin, fue lo más cercano a tal síntesis, que junto con los ensayos La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica y Para una crítica de la violencia, son sus textos más leídos.
Walter Benjamin nació en una acomodada familia dedicada a lo negocios de origen ashkenazi, totalmente integrada, en el Berlín del Imperio Alemán (1871-1918). El patriarca, Emil Benjamin, era banquero en París, pero se había trasladado a Alemania, donde trabajó como anticuario en Berlín; más tarde, se casó con Pauline Schönflies. Walter Benjamin, en sus reflexiones, recuerda con ternura los cuentos que le contaba su madre, los cuales le sirvieron como base para una de sus teorías: «el poder de la narración y de la palabra sobre el cuerpo». Reflexionó sobre la relación que los cuentos establecían entre la tradición y la actualidad.2 En 1905, debido a su frágil salud, sus padres le enviaron a un internado en el medio rural, en Turingia. Dos años más tarde, en 1907, volvería a su escuela en Berlín.
Estrecho colaborador de la Escuela de Frankfurt —a la que sin embargo nunca estuvo directamente asociado—, adaptó su temprana vocación por el misticismo al materialismo histórico, al que se volcó en sus últimos años, aportando una visión única en la filosofía